5.000 años de historia de la retribución
Existen múltiples monografías sobre la fiscalidad y la retribución en periodos puntuales, pero nunca se había realizado un estudio de las políticas retributivas a través de la historia. En “¿Qué vale nuestro trabajo? 5.000 años de historia de la retribución” (Kolima, 2025) presento modelos salariales y fiscales desde Mesopotamia al presente, pasando por Grecia, Roma, la Edad Media, la llegada de los españoles a América, los destructivos modelos comunistoides o el liberalismo.
El estudio es completado por un relevante capítulo de Josep Capell, CEO de CEINSA, firma especializada en el diseño e implantación de políticas de compensación. Josep Capell presenta la situación actual y las tendencias de esa ciencia artística centrada en definir modelos retributivos alineados con la estrategia, equitativos y motivadores. Ana Cristina Sánchez ofrece, en fin, un acercamiento a cómo pueden aplicarse estos principios a México.
El lector conocerá cómo los faraones remuneraban a los constructores de las pirámides, cuánto cobró Judas por traicionar al Hijo de Dios o las nacionalizaciones promovidas con objetivos recaudatorios por algunos emperadores romanos. También, las monedas que manejaba santa Teresa de Jesús en la renovada orden del Carmelo, cómo Hernán Cortés establecía el fijo y el variable de quienes le acompañaron a conquistar el imperio azteca o cuántos millones acumuló la hermana de Simón Bolívar -¡la rijosa criolla principal!- tras la independencia de España. No olvidemos los millones de euros que Lenin cobró de los alemanes en rublos y marcos para llevar adelante la revolución bolchevique en Rusia.
El estudio está estructurado en dos bloques complementarios. En el primero, explicito las reflexiones de un grupo selecto de economistas sobre los fundamentos conceptuales para retribuir de forma justa. Desfilan Adam Smith, David Ricardo, John Stuart Mill, Karl Marx, John Maynard Keynes, Milton Friedman o Joseph Eugene Stiglitz, ofreciendo sus aportaciones a la cuestión. Dedico atención igualmente a las acertadas proposiciones de la doctrina social de la Iglesia desde hace dos mil años.
En la segunda parte, pormenorizo cómo diversas civilizaciones han aplicado la política retributiva. En Roma, sin ir más lejos, las revueltas sociales encontraron buenos motivos: el exorbitado lujo de los potentados romanos. Muchos patricios dilapidaban sus jornadas fomentando el clientelismo con turbas de aduladores. Todo un bofetón para quienes pretendían llevar condumio honrado a sus hogares.
En determinadas villas y domus, junto al despilfarro se acumulaba la paredaña corrupción moral. Muchos se precipitaron a un obsceno sibaritismo. Se estableció una carrera por ver quién disfrutaba de la gastronomía más exquisita. En determinadas ocasiones no se bajaba del centenar de platos presentados para competir en el posterior chismorreo. Nada alejado de lo que viven algunos infectos políticos contemporáneos.
Como menciona Roser Segarra, la brillante prologuista, Cicerón se hizo construir una mesa de limonero que estaría tasada en la actualidad en unos 250.000 €. Nerón, envidioso, encargó una que cuadriplicara ese valor. Séneca, predicador de la aspereza y la austeridad, durante un tiempo dispuso de un tablero de oro sobre la que escribía ¡los parabienes de la pobreza!
Como acertadamente señala Carlos de Benito en el epílogo, Ana Cristina Sánchez, Josep Capell y yo brindamos una guía de actuación. Recordamos cómo un directivo debe abordar una temática tan delicada y compleja como es la satisfacción vinculada a la brega. Con técnica, pero sin perder de vista el propósito de la misión directiva, que es liderar personas para lograr que se haga lo que debe ser hecho. La combinación de técnica y alma, –tecnei (τέχνη) y psyche (ψυχή)– es la realidad del ser humano, apunta sabiamente el director de RR. HH. de CESCE. Subraya que sobre el reconocimiento de esta verdad –la sal de la vida– descansa la teoría y la práctica de la compensación.
El esfuerzo minucioso, de miniadora, de Marta Prieto, CEO de Kolima, con la colaboración de Rocío Aguilar, Carolina Hernández y David Visea ha culminado en un ejemplar hermosamente editado.
